Marley paso de hacer un programa de relativo exito a otro de un nivel socio cultural atroz, y es que está todos los días mostrando cuestiones intimas de los participantes en vez de lo que pretende el formato en si que es trabajar sobre las actitudes artisticas de los participantes y convertirlos en cantantes.
El programa perdió tanto su identidad que ya ni el pobre de MARLEY sabe donde está, si en un bodrio infernal, su viejo muro y no de Berlín o en el resurgimiento de Gran Hermano, lo cierto es que aun con su seriedad impoluta Marley aun no logró derramar las lagrimas a las que nos tiene acostumbrados. Pero seguramente que a la hora que el rating lo necesite, ellas brotarán, y el renacerá.
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